Decía hace poco alguien que sabe un rato de economía «sabemos que hay una fiera en la selva. Podemos oírla. Pero aún no sabemos de qué tipo de fiera se trata ni cómo de peligrosa es». En otras palabras: «esperemos lo mejor pero estemos preparados para lo peor».
La cuestión para el empresario-emprendedor que ha puesto un negocio en marcha e intenta mantenerlo a flote es que parece que pintan bastos en el mercado y hay que prepararse para sobrevivir a la crisis.
Una primera reflexión a este respecto es la estructura de costes de la propia organización. ¿cómo de flexible es? ¿aguantaría tanto una crisis moderada como una profunda recesión? Veamos las distintas hipótesis tomando como referente mis propias magnitudes financieras:
Hipótesis 1; no tomamos ninguna medida y se produce un crecimiento razonable del volumen de negocio:
Resultado: nuestros ingresos suben muy por encima de nuestro nivel de gastos logrando los resultados previstos en nuestro plan de negocio
Hipótesis 2; No tomamos ninguna medida y el volumen de negocio se estanca debido a la crisis:
Resultado: como decía un buen amigo «de fracaso en fracaso hasta la derrota final». O dicho de otro modo, con unos ingresos que nunca llegan al nivel de los gastos, ves como la empresa acumula pérdidas mes a mes hasta que toca echar definitivamente la persiana.
Hipótesis 3; Ante el estancamiento de ingresos descrito en el caso anterior, reducimos los gastos fijos al 40% del nivel actual mientras producimos para clientes con un coste variable equivalente al 50% del volumen de ingresos:
Resultado: la empresa mantiene los números negros, sin unos resultados tan elevados como en la hipótesis 1, pero con un buen nivel de rentabilidad.
Hipótesis 4; Con la variabilización de costes descrita en la hipótesis anterior, nos encontramos con que los ingresos de nuestra empresa en 2009 caen dramáticamente debido a la crisis:
Resultado: no ganamos dinero, pero tampoco lo perdemos. La empresa puede aguantar la mala racha gracias a su estructura de costes variables, a la espera de que vuelvan mejores tiempos.
Conclusión: cuando no puedes permitirte el lujo de jugarte el futuro de tu empresa a cara o cruz, la ‘variabilización de los costes’ se convierte en una estrategia necesaria para garantizar la supervivencia. Esta reconversión de tu organización exige necesariamente una plantilla de menores dimensiones y una gran capacidad para recurrir a freelance, colaboradores o subcontratistas tan pronto como sea necesario.
Etiquetas: costes fijos, costes variables, crisis
noviembre 4, 2008 a las 1:59 pm |
[…] jaime estévez 100 días en la vida de un emprendedor « día 59: Sobrevivir a la crisis (I) De los costes fijos a los variables […]
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