Por fin llegan mis primeras navidades como emprendedor y, a diferencia de las que recuerdo desde hace muchos años, estas fiestas no van a ser sinónimo de tarjetas de crédito echando humo ni de tirar la casa por la ventana para agasajar a amigos y familiares.
No. Aceptar el reto de ser tu propio jefe implica una dosis extra de responsabilidad que debe traducirse en mostrar austeridad cuando pides y exiges austeridad a tu alrededor.
Y es que la capacidad de los individuos y las organizaciones para triunfar, como dijo alguno, guarda proporción directa con su capacidad para sobrevivir aún en las condiciones más adversas.
Rebajar los insumos mínimos para el funcionamiento ordinario te permite mirar el futuro con optimismo y sacar doble provecho de cada oportunidad que se te presenta. Manteniendo intacta tu capacidad operativa, eso sí. Por eso es tan importante discriminir lo esencial de lo accesorio.
En el caso de la organización que dirijo, llevo rebajando el umbral de supervivencia desde el pasado mes de agosto, cuando descubrí una gráfica en un documento de Sequoia VC que me hizo ponerme las pilas de inmediato:
En resumen, la enseñanza que extraje de esta figura, conocida como ‘espiral de la muerte’, así como de la documentación asociada en la presentación que la contenía es que si esperas para reducir costes a cuando ya no te queda más remedio, posiblemente ya sea demasiado tarde.
Ahora no puedo más que alegrarme de haber actuado con premura pues las medidas adoptadas van a permitir, contra todo pronóstico, cerrar el primer ejercicio de la empresa en positivo (en otro post explicaré por qué esto es tan importante en este momento).
En el plano personal, y haciendo honor a mi recuperada condición de mileurista, la austeridad buscada para las fiestas navideñas se traduce en menos visitas a grandes almacenes y muchas más a los mercados tradicionales, menos marisco y más pescado azul y menos caldos de renombre y más vino cosechero. Y muchas más horas en la cocina que me deparan un placer insospechado.
Y todo ello, con más alegría y calor humano que nunca. Aprovecho para desear unas felices fiestas a los lectores y amigos que hacen fácil hasta la más difícil travesía 🙂
diciembre 24, 2008 a las 3:46 pm |
Enhorabuena Jaime y que pases unas felices fiestas!!!
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diciembre 24, 2008 a las 4:17 pm |
Bueno, en realidad, todo el mundo siempre acaba confesando que lo mejor que ha comido lo ha hecho en su casa (suya o la de su familia), o sea que volver a lo casero es mejorar 🙂
Y estoy de acuerdo, es importante la austeridad para mantener todo a flote hasta que sea lo suficientemente fuerte.
De todas formas Sequoya no está libre de culpa, primero sobrefinancia, permite «el emprendimiento del dame dos» y ahora se inventa la solución (pensada solo como ahorro), ya dimos nuestra respuesta
http://www.slideshare.net/solaiemes/solaiemes-ripgoodtimes-perspective-presentation
felices fiestas
juan
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diciembre 24, 2008 a las 5:59 pm |
Enhorabuena por tu primer y exitoso año. Yo estoy recién estrenando mi vida como emprendedor a tiempo completo, espero que en un año hable con el mismo orgullo y optimismo en mi blog 🙂
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diciembre 25, 2008 a las 3:03 am |
De nuevo enhorabuena por tu visión y te deseo de corazón lo mejor para el 2009 y felices fiestas a ti y a toda tu gente.
Un abrazo.
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diciembre 25, 2008 a las 12:48 pm |
Jaime, buen plan, como siempre, para estas fiestas… muchos besos desde la gélida Galicia.
Felices fiestas
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diciembre 29, 2008 a las 5:38 pm |
Gracias por el consejo y buenas fiestas a ti también 🙂
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