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día 93: dos años como emprendedor

abril 1, 2010

Hoy hace exactamente dos años que dejé de ser trabajador por cuenta ajena para lanzar mi proyecto empresarial y, por tanto, dos años desde que comenzó la andadura que he ido relatando en este blog.

Viéndolo en perspectiva resulta casi abrumador comparar los sueños, expectativas y previsiones de aquella tierna primavera de 2008 con la sucesión de acontecimientos, casualidades, aciertos y desaciertos que han dado lugar a la realidad de Agora News en este mes de abril de 2010.

Me atrevo a decir que las premisas de negocio y evolución del mercado establecidas en el plan de negocio original han errado en más de un 90%, si bien las magnitudes financieras de ingresos y resultados a partir del primer año se van cumpliendo con asombrosa similitud.

La desviación proviene, básicamente, de haber considerado en su día que Agora News podía desarrollarse inicialmente mediante la venta de noticias en vídeo a las ediciones digitales de los medios de comunicación españoles. La rápida evolución de la crisis econónica a partir de la primavera de aquel año, con un impacto singularmente importante en la industria de los medios y el giro de la estrategia de los editores hacia la integración de redacciones y la reducción de costes convirtió aquel mercado en un entorno particularmente poco atractivo.

Desde el otoño del 2008 viramos nuestra atención hacia la cobertura multimedia de eventos, tanto con retransmisiones de vídeo en directo como con producciones periodísticas en diferido, así como hacia los encargos relacionados con el videomarketing , vídeo corporativo y vídeo en redes sociales, llegando a trabajar con algunas de las mayores empresas y administraciones españolas. Pero esta es un historia que corresponde al segundo aniversario de Agora News, en breve.

En lo que se refiere a mi evolución personal y profesional, quiero dedicar unas líneas a los cambios que han representado estos dos años:

He pasado de tener, como directivo del sector privado, unos ingresos personales anuales de 54.000 euros de los que el 43% le pertenecían a Hacienda a tener, ahora como emprendedor, unos ingresos personales anuales de 22.000 euros con un nuevo tipo impositivo del 28%. Sin embargo, buena parte de los gastos que anteriormente eran de tipo personal, ahora son de tipo societario, en mi calidad de administrador único y director general, con un tratamiento fiscal mucho más favorable.

He puesto en práctica reflexiones provocadas por lecturas de referencia en los últimos años: El libro negro del emprendedor , de Fernando Trias de Bes, me enseñó a no caer en los errores más comunes del que emprende movido por la urgencia de la ilusión, El arte de empezar, de Guy Kawasaki,  me ayudó a organizar eficientemente mi escala de prioridades y pasos a dar ante el alumbramiento y crecimiento de mi empresa y  la lectura de Radical, de Ricardo Semler, me enseño a tratar a mis trabajadores como seres humanos adultos, con todas las consecuencias.

He conocido a las personas más interesantes de toda mi vida y he aprendido -y compartido- con ellas mucho más de lo que me hubiera podido imaginar: La autenticidad, el compromiso, la capacidad de entrega y sufrimiento que demuestran aquellos que orientan todos sus esfuerzos a hacer realidad un sueño no tiene parangón en los entornos corporativos y sólo puedes participar de dicha complicidad cuando accedes a la realidad de los emprendedores como uno más, jamás desde fuera, como simpatizante u observador.

He olvidado el concepto del aburrimiento: siempre hay un vídeo que comprobar, un evento que descubrir,  un impuesto que revisar, un cobro que reclamar, un post por escribir, un mail por contestar. Realmente se echan en falta más horas en el día y más días en el mes. Pasado un tiempo, te acostumbras a la sobredemanda de estímulos que reclaman tu atención y dejas de sentirte culpable por dejar un correo sin contestar. Incluso te obligas a sacar tiempo para disfrutar de una buena película o una buena lectura.

He renunciado, a corto plazo, a la estabilidad económica, sentimental y personal: no es raro el mes en el que debo dedicar parte de mi nómina a paliar una necesidad extraordinaria de capital en la sociedad o tirar de mi propia tarjeta de crédito para hacer frente a una necesidad imprevista de la empresa. Mi relación de pareja sólo aguantó un año el  nuevo ritmo de emprendedor y los compromisos familiares y sociales sólo resultan parcialmente satisfechos. Poner a Agora News en el centro de mi ecosistema de prioridades de un modo radical me ha supuesto determinadas renuncias al tiempo que se ha convertido en la mayor fuente de satisfacciones que pudiera imaginar.