Todos los años, cuando llega el mes de julio, las empresas españolas están obligadas a presentar en el registro mercantil sus cuentas del año anterior y liquidar con Hacienda el correspondiente impuesto de sociedades. En el caso de Agora News, y con la inestimable ayuda de nuestro gestor, Andrés, las cuentas del 2008 han quedado como sigue:

Es decir, que desde que nació la empresa, el 20 de mayo de 2008 y hasta el 31 de diciembre del mismo año, hemos facturado 79.750 euros, de los cuales 13.848 han sido beneficio bruto. El tipo impositivo actual para pymes que facturan menos de 8 millones de euros es del 25% por lo que nos ha correspondido pagar a Hacienda 3.462 euros de impuesto de sociedades y el beneficio neto se ha quedado en 10.386 euros. Esto supone una rentabilidad del 13% lo cual, a priori, no está nada mal.
¿Por qué digo a priori? Porque, puestos a pedir, hubiera preferido una rentabilidad menor este primer año o incluso pérdidas moderadas. Las perdidas de los primeros años en una empresa se pueden compensar con los beneficios de futuros ejercicios, obteniendo de este modo un evidente ahorro fiscal.
¿Por qué no he logrado obtener pérdidas? Porque no me las podía permitir. Si hubiera arrancado el proyecto con un colchón financiero no hubiera tenido inconveniente en invertir un poco más el primer año de modo que el balance contable fuera negativo. Sin embargo, no era el caso. Nuestra tesorería no está salvaguardada por bancos ni inversores y tenemos que vivir y trabajar al día, sin posibilidad de períodos deficitarios. En todo caso, haré lo posible porque el resultado de 2009 sea lo más cercano a cero posible.
¿Qué consecuencias fiscales me generan estos beneficios? Como ya he dicho más arriba, el pago inmediato a Hacienda de 3.462 euros y, lo que es mucho peor, la presunción por parte de Hacienda de que en futuros ejercicios tendré los mismos o superiores beneficios y la obligación de pagar por adelantado este impuesto a partir de ahora. Es decir, que ahora, cada trimestre, Hacienda cargará en nuestra cuenta bancaria un 18% de dicho importe hasta la liquidación anual definitiva en julio de 2010. Un nuevo ejemplo, tan injusto como el anticipo del IVA, de cómo los emprendedores nos vemos obligados a financiar a las arcas públicas. Un suma y sigue.